viernes, 5 de marzo de 2010

35 RELATO EL SUSPIRO DE UN ESPOSO

El creador, tomó el aroma de todas las flores; fue cortando una a una y alistando su esencia, luego tomó como referente un atardecer y plasmó en dos perlas toda la belleza que vio...sus ojos. El señor miró el color de la nieve, que es el color de la inocencia y mando a una comitiva de ángeles a traer la más pura, la más limpia e hizo con ella una escultura…

--¡Señor están atacando el reino!

--ahora no, Miguel.
--Pero señor…
--Estoy preparando algo sin precedentes…
Mi Dios, ni alzaba su mirada, por que poco a poco su obra adquiría esa tonalidad que esperaba.
-ahora, se dijo para sí, debemos buscar las joyas más hermosas, las que sólo se encuentran en el centro de la tierra, la cuales recompensaré con riquezas . Entonces llamó a todo su reino, súbditos, vasallos y nobles, una vez lo hecho anterior ofreció riquezas a quien trajera las más preciosas, no fue tarea fácil, pero después de varios meses comenzó la selección.
--pobre Señor, se decían unos a otros en el reino, si sigue así pronto se quedará sin riqueza.
--al adivinar sus pensamientos, dijo enérgicamente--¡todo requiere un costo!-, y cerró las puertas de su palacio para no ser molestado.
No probaba el Señor, ni un bocado, ya lucía flaco, pero en su semblante la misma sonrisa con la que empezó, tanto, que casi fue la envidia de su hijo; aunque al darse cuenta el Padre del parecer de su Hijo le llamó y le propuso que le ayudara en esta tarea tan complicada.
Ya para el sexto mes eran dos que trabajaban como uno solo,
--pule aquí, decía el Padre,
a lo que se escuchaba, como réplica a su Hijo…
--falta darle brillo.
Ya los dos y como con obsesión, no regresaban a sus quehaceres…
--falta el suspiro de un hombre enamorado, dijo el Padre; y mandó a llamar al séptimo mes al dueño de todos los suspiros, el que tiene forma de paloma, pero no agita sus alas, el que brilla por sí solo y no es el sol, el que como ave hogareña roba la atención del Padre y del Hijo, y les logra sacar semejantes carcajadas y el que al tocar objetos inertes es capaz de darles vida.
--¿Dónde andabas?, dijo el Padre.
--Paseaba por las aguas, Padre.
De un gran abrazo se aferraron los tres, como si fuesen uno solo, Padre, hijo y paloma. El hijo miró con amor a la paloma y le solicitó su ayuda…
--Necesitamos el suspiro del hombre más enamorado, pero que no haya nacido.

--¿Qué no haya nacido?, pues tarea difícil me pones, pero buscaré, y así partió la paloma recorriendo el mundo, en todos sus lugares y en todos sus tiempos, y por fin en el octavo mes regresó con el suspiro del hombre más enamorado.

--aquí está lo que me han pedido-dijo gozoso, y nuevamente el abrazo entre los tres del cual brotaban destellos de luz inimaginables.

--Ayúdanos, dijeron en coro Padre e hijo, y así se encontraron los tres trabajando hombro a hombro…
--Trae la chispa que se esconde en tu vientre, dijo el hijo a la paloma.
--Padre ,decía la paloma, --¿será que podemos descansar?
--No, entre más dedicación mayor será la perfección…
Por fin el mes noveno las puertas del palacio se abrían para sacar la escultura, y con danzas y fiesta, el pueblo se alegraba de recuperar a su rey.
--Coloquen la escultura al borde de nuestro reino, para que todos sepan que esto es el cielo, mas cierto ángel envidioso de la belleza de la escultura, empujó con más fuerza de lo normal, haciendo que la escultura resbalara por el borde de las nubes y se dirigiera hasta la tierra.
En ese mismo mes fue vista en un hospital semejante escultura, mientras el Padre al darse cuenta ordenó a la paloma traer su escultura, pero este al tratar de arrebatarla de la tierra y sin querer le dio vida, pues al contacto de sus dedos todo toma vida.
La paloma regresó al cielo y contó lo sucedido al padre, quien dijo sabiamente
--ya que no podemos tener la escultura en el cielo, devolvámosle el suspiro al hombre más enamorado del mundo, propiciemos un encuentro entre nuestra obra y él.
Y así fue como mi mujer, mi esposa, vino a este mundo y también fue como yo, cada vez que la veo me quedo sin aliento y siento que me aprieta el corazón robándome hasta el último suspiro.
Dicen los que tienen su morada cerca del cielo, que de tarde en tarde los tres seres para contemplar su obra, se asoman al borde de las nubes, y al ver su obra de arte junto al hombre del suspiro regresan al palacio gozosos por el mismo sendero.

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